Nuestra Fé

La fe nos abre a la presencia tranquila de Dios en cada momento de nuestras vidas,en cada persona y en cada situación.

Papa Francisco

Nosotros profesamos nuestra fe en el Credo de los Apóstoles

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo su único Hijo, Nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos, en el perdón de los pecados
la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Sobre todo, nos esforzamos por seguir el Gran Mandamiento.

Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Mateo 22:37,39

De las enseñanzas de Jesús, las obras de misericordia nos dan un modelo de cómo tratar a los demás.

CEC 2447

La Siete Obras de Misericordia Corporales

Visitar y cuidar a los enfermos.
Dar de comer al hambriento.
Dar de beber al sediento.
Dar posada al peregrino.
Vestir al desnudo.
Redimir al cautivo.
Enterrar a los muertos.

Las Siete Obras de Misericordia Espirituales

Enseñar al que no sabe.
Dar buen consejo al que lo necesita.
Corregir al que yerra.
Perdonar las injurias.
Consolar al triste.
Sufrir con paciencia los defectos de los demás.
Rogar a Dios por vivos y difuntos.

Jesús nos dio las Bienaventuranzas nos enseñan la forma de vida de Dios.

Mateo 5:1-12; Lucas 6:20-23; CEC 1716-1724

Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos
Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios
Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios
Bienaventurados los perseguidos a causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos
Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan contra vosotros toda clase de calumnias por mi causa. Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en el cielo.

Y los 10 Mandamientos son nuestra base moral.

Exodus 20:2-17; Deuteronomio 5:6-21; CEC 2052-2081

Amarás a Dios sobre todas las cosas.
No tomarás el nombre de Dios en vano
Santificarás las fiestas
Honrarás a tu padre y a tu madre
No matarás
No cometerás actos impuros
No robarás
No darás falso testimonio ni mentirás
No consentirás pensamientos ni deseos impuros
No codiciarás los bienes ajenos